Reseña Histórica

La Cruz Roja Colombiana Seccional Meta, fue reconocida mediante resolución 1029 de 1975, de la Gobernación del Meta, a través de la gestión del Señor Wolfgang Dietrich Tornbaum, junto con un pequeño grupo de ilustres personajes de la comunidad llanera; quienes identificados con los Principios del Movimiento, unieron sus fuerzas para hacer realidad la creaciòn y edificación de la sede donde funciona actualmente la seccional.


La Cruz Roja Colombiana Seccional Meta, hace parte y está sujeta al sistema federado de la Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana, la cual fue fundada en 1915 y reconocida por el Estado colombiano; quien le confirió personería jurídica mediante las Resoluciones del 22 de febrero de 1916 y noviembre 6 de 1928, emanadas del Ministerio de Gobierno.


En el cumplimiento de su Misión Humanitaria el Movimiento ha sido pionero en el mundo en impulsar la donación voluntaria y altruista de sangre.


La Seccional Meta, dio apertura a servicios de droguería y puesto de Socorro a la comunidad, a través de consulta mèdica; igualmente creò los grupos de Socorrismo, Juveniles y Damas Grises, que darían vida al trabajo voluntario en el Departamento del Meta; cuyo altruismo y entrega se puso a prueba el 28 de junio de 1974, en la catástrofe de Quebrada Blanca, en la vìa Villavicencio -Bogotà.


Continuando con su trayectoria y consiente de las múltiples necesidades en salud de la región, la Cruz Roja del Meta, paulatinamente fue ofeciendo apertura a nuevos servicios de salud tanto en Villavicencio, como en otros municipios; contando a la fecha con mas de 40 servicios diferentes con sedes en los municipios de: Granada, Acacìas, San Martín, Vista Hermosa y Terminal de Transportes en la capital del Meta.


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En un día de caluroso verano del mes de febrero de 1971 en el hermoso Llano se encontraba el Señor Teddy Tornbaum; en ese entonces ciudadano alemán, testigo de la Segunda Guerra Mundial, leyendo apaciblemente la revista de Selecciones del Readers Digest, al final de la revista se incluía una separada de la Cruz Roja Colombiana mencionando todas las secciones. Llamó su atención el hecho de que en el Meta y en los Llanos no existía seccional alguna, y ese día hace más de 35 años comenzó la tarea de construir un sueño: LA CRUZ ROJA EN EL META Y LOS LLANOS. Hoy es financieramente, la mejor Seccional de Colombia, con una sede propia de 8 pisos, dos aviones propios, que han apoyado la entrega de los soldados en Miraflores y Mitú, el traslado de los repatriados del Chocó y muchos servicios humanitarios en este desangre que sufre Colombia donde se presta, especialmente el servicio de ambulancias.


Los primeros contactos se realizaron con la seccional de Bogotá, desde la oficina de la inmobiliaria; "Don Teddy" (como le llamaba cariñosamente, por unión de la palabra respetuosa "Don" de origen español y Teddy diminutivo alemán de Wolfgang) con la Seccional Central, de donde se solicita un acta de constitución firmada por miembros de la comunidad.


Al rededor de esta propuesta se reunieron diez personas, altruistas y exponentes de los valores regionales, aportando cada uno de ellos la suma de diez pesos; para los gastos básicos de papelería, correo, etc. Es así como los diez fundadores de la Cruz Roja en el Meta, que firmaron inicialmente el acta de constitución fueron: El General en retiro Alberto López Escobar, Maruja Hernández de Gil, Eduardo Espinel, Ricardo Roa Latorre, Alfonso Horrillo Domínguez, Enrique González Rey, Jorge Acevedo, Elvira Umaña, Carlos Alfonso Reina Carrillo y el señor Francisco Series.


Como se mencionó el Presidente nacional de la Cruz Roja Colombiana, en ese entonces era el doctor Jorge Cavalier, quien apoyó con entusiasmo y desde un comienzo, la iniciativa de crear la Seccional en Villavicencio. Las relaciones iniciales se vieron favorecidas por la intervención del padre de la señora Elvira Umaña. Era Jorge Cavalier, quien se encontraba liderando la Cruz Roja Nacional, cuando nació la Seccional Meta y Llanos Orientales y en su honor se dio el nombre al edificio donde funciona hoy la Cruz Roja del Meta.


Una vez constituida la Seccional, el 22 de septiembre de 1972, se realiza la primera reunión de la Junta nombrada, el 24 de octubre del mismo año.

Ya desde aquella primera reunión se empezó a plantear los proyectos a desarrollar, como la creación de las Damas Grises, la ubicación de un sitio para ofrecer el servicio de Primeros Auxilios, la creación de la Agrupación Cruz Roja Juvenil, que se inició posteriormente bajo la dirección del señor Hugo Espinel.


Para la segunda reunión de la Junta, tenía la posibilidad que el municipio de Villavicencio cediera un lote para construcción de la sede de la Cruz Roja en el Meta, hecho que se concreta en abril de 1974, con la entrega por medio de un acta, del lote en donde funciona actualmente la Sede.

Desde aquella época se comienzan a realizar labores solidarias como el envió de 28 toneladas de arroz a Nicaragua, para los damnificados por el terremoto en Nicaragua.


Es hasta el mes de febrero de 1973, cuando se alquila la casa del señor Santos Reina, conocido personaje de la época, que acababa de fallecer, en su honor se dio nombre a la calle que pasa por el frente de dicha casa, en donde ahora funciona la talabartería de los Llanos. Al mismo tiempo se compraron unos estantes, con los que en abril del mismo año, se inicia por primera vez el servicio de droguería.


Hoy es uno de los centros más importante de despacho de medicamentos y sus ingresos son la fuente principal de sustento de las labores de la Seccional. Con el tiempo se incluyeron los servicios de consulta médica y primeros auxilios.

Para enero de 1974 ya existía la primera ambulancia, al mismo tiempo se daba inicio a los cursos de formación de Socorrista, pero el sueño no paraba allí, la visión era mucho más grande.


Se solicitó al arquitecto Hernando Onofre hacer los planos de un edificio de ocho pisos que se ubicaría en el lote ofrecido por el gobierno municipal de Villavicencio, un proyecto que inicialmente se creyó desproporcionado, pues en Bogotá se pensaba que construir un edificio de esta envergadura para la Cruz Roja en Villavicencio era demasiado y así lo pensó la comisión enviada por la Seccional central de Bogotá, por tanto cuando la construcción de la estructura del edificio llegó a los tres pisos, insistieron en que tres pisos eran suficientes y que el dinero que existía debería dedicarse al acabado del edificio dejándolo de tres pisos solamente. A pesar de esto, se decide continuar según lo planeado e invertir el dinero en acabar la construcción hasta el octavo piso. Con los dos primeros pisos terminados se iniciaron actividades.


El viernes 28 de junio de 1974 ocurrió la catástrofe de Quebrada Blanca, a las tres y cuarenta y cinco minutos de la tarde, con un saldo trágico de por lo menos 300 muertos, en la carretera Bogotá-Villavicencio. La Cruz Roja Seccional Meta, se hizo presente, atendiendo primeros auxilios y trasladando heridos a los centros de atención en Villavicencio.


En esta época los servicios de la Cruz Roja eran progresivamente más demandados por la comunidad sobre todo, la droguería y el servicio médico.

Los servicios continuaron multiplicándose, en la actualidad se llega a prestar casi cuarenta servicios diferentes. Entre los servicios de salud que ofrece la Cruz Roja se encuentran: Consulta médica general y especializada en ginecología pediatría, ortopedia, toma de exámenes de laboratorio clínico general y especializado, banco de sangre; con procesamiento de componentes sanguíneos y servicios las 24 horas, servicio de odontología, optometría, ultrasonido, electrocardiograma, electroencefalograma, prevención del SIDA, terapia física, respiratoria y del lenguaje, nutrición, servicio de ambulancia terrestre, acuática y aérea, telecomunicaciones, prevención de desastres, droguería humana y veterinaria, recreación, etc. Además de la meritoria labor de las Damas Grises, la Cruz Roja Juvenil y los Socorristas.


Por el año de 1980, se solicitó a los estudiantes de arquitectura de la Universidad Piloto, el diseño de una Clínica Materno Infantil; con capacidad de 150 camas, aprovechando la tesis que deben realizar, para acceder a su graduación, con estricta supervisión de docentes expertos en la materia. El diseño fue realizado con todas las normas exigidas por ley para este tipo de entidades hospitalarias maternas infantil con salas de cirugía, partos etc. Esta tesis fue aprobada y elogiada. Aún en las bodegas de la institución se encuentra la maqueta de esta obra. El precio para la época oscilaba aproximadamente en mil millones de pesos, puesto que no solamente se pensaba construir un materno infantil. Al enterarse Teddy que Hamburgo Alemania, funcionaba un instituto para enfermedades tropicales, se contactó con ellos y les interesó en hacer una filial en Colombia expresamente en Villavicencio en la misma área del Materno Infantil proyectado.


La gestión de esta obra avanzó bastante y se garantizó la financiación por la Embajada alemana. El Instituto enviaría expertos en enfermedades tropicales, y se desarrollarían las líneas de Docencia, investigación y proyección a la comunidad.


Una vez que el municipio de Villavicencio entregó por 99 años en comodato el lote en mención, se procedió a la escritura firmada sellada y registrada hacia mitad de año de 1986. Por esa época solo existía la notaria primera y allí se guarda la escritura protocolizada entre la Cruz Roja y el municipio de Villavicencio. El alcalde que firmó la escritura fue Jesús Suárez Letrado.


El proyecto materno infantil tenía en esa época un costo aproximado de: $ 520´000.000.oo estaba financiada por parte de la Cruz Roja Colombiana, por la embajada alemana y parte de la Cruz Roja del Meta.


La dotación para esta clínica fue ofrecida por Alemania, no se sabe en realidad cual era, pero si no se escapa a la memoria, era por Siemens y Shering laboratorios; que todavía existen y que estaban interesados en ayudar a construir ese Centro Asistencial en Villavicencio.


En terreno del antiguo hospital había unos pabellones viejos y casualmente sucedió la avalancha de Armero Tolima. A Villavicencio llegaron muchos damnificados y fueron alojados provisionalmente en esos pabellones, utilizados como campamentos.


Mientras la Cruz Roja les buscaba ayuda de vivienda a estos damnificados, suministrándoles, bien comprándoles casa en Villavicencio, Acacias, Granada Puerto López, Restrepo o en Cumaral; a los que querían trabajar en el campo, se les adecuó la hacienda Maiporé, localizada en el municipio de Cumaral, por la vía a San Nicolás, anteriormente denominada Hacienda Varsovia. Esta hacienda perteneció al Sr. David Rey, oriundo de Cumaral y por no dejar herederos paso a Bienestar Familiar, entidad que la entregó a la Cruz Roja y se hizo así un asentamiento para 30 familias. Se construyeron casas amobladas con servicio de electricidad, acueducto, alcantarillado carreteras y 2 puentes; se les suministró ganado vacuno, tractores y semillas para que sembraran; se les entregó además escuelas, puestos de salud y tienda comunitaria, todo financiado con dinero de la Embajada alemana.


Los beneficiados, a medida que se ubicaron, fueron desocupando las instalaciones del antiguo hospital y una vez que esto ocurrió hacia mediados de 1986, se inició la nivelación del terreno y se comenzó a demoler las antiguas instalaciones, para iniciar la nueva construcción; en lo que se denominaba el pabellón de pensionados; se hospedaban tres señoritas únicas ocupantes del hogar de la joven a quien la Alcaldía les había permitido permanecer en esas instalaciones temporalmente.


La señora Carmen Mantilla de Flórez, esposa del bacteriólogo Pedro Flórez, popularmente conocido como "mano peyo", seguramente por su posible origen costeño, era en ese entonces la directora.


Cuando se iniciaron los trabajos de demolición, ella solicitó la dejaran por un tiempo prudencial mientras podía conseguir un hogar para estas jóvenes que estudiaban y trabajaban.


La Cruz Roja mantuvo esa construcción hasta último momento para continuar con la ejecución del proyecto, era necesario eso sí, destruir esa parte de la edificación, inclusive se les ofreció una casa que adquirió la institución para ese fin, pero respondieron con una oposición no solo de la directora sino también de un grupo político y se vivenció entonces la falta de voluntad del Alcalde de la época, para responder al saneamiento de dicho predio, y por el contrario estas señoras iniciaron un pleito contra la Cruz Roja Colombiana por posesión del terreno.


La Cruz Roja en vista de todo al darse cuenta que tenía más valor los intereses particulares y la politiquería, que una entidad asistencial materno infantil para toda la Orinoquia, obra hoy en día aún necesaria, máxime con el Instituto de enfermedades y medicina tropical; decidió devolver las escrituras al municipio después de haber invertido en esa época, más de $11´000.000.oo en obra de nivelación, demolición y cercado del lote con muros de contención. También se arregló el viejo acueducto que descendía de la loma, para que el final todo quedara inconcluso.


La Cruz Roja no es una entidad para procesos judiciales y pleitos, sino para hacer obras y ayudar a la comunidad, en vista de eso se prefirió perder toda la plata invertida y retirar el proyecto. Así se perdió esa gran oportunidad de que el Llano y la Orinoquia, contaran con un gran hospital materno infantil. En el día de hoy todavía está en pleito el hogar de la joven con las Juntas de Acción Comunal, puesto que al final se apropiaron del terreno y lo vendieron loteado sin que a la fecha, quede vestigio del hogar de la joven.


Por último y después de ver algunos aspectos de la evolución histórica de la Cruz Roja en el Meta, hasta llegar a ser una de las Seccionales con más prestigio en el ámbito nacional, cabe preguntarse ¿cuáles son las proyecciones futuras? La respuesta a este interrogante se obtiene del entonces Presidente de la Seccional, el señor Wolfgan Tornbaum, quien con el mismo desempeño, con el que hizo 29 años atrás reuniendo las firmas para el acta de constitución, dijo que se deseaba ampliar la planta física utilizando el lote aledaño a la sede actual, en donde funciona el parqueadero y además establecer un programa para lograr los diálogos de paz en la región, siguiendo los derroteros de una labor humanitaria, neutral e imparcial.